Reclaman aumentos por encima del 0,5%

Los países bálticos se unen para pedir al BCE una gran subida de tipos que reduzca su inflación del 20%

Países Bálticos inflación
La presidenta del BCE, Christine Lagarde.

Los países bálticos de la Unión Europea -Lituania, Letonia y Estonia- han hecho un frente común para reclamar al Banco Central Europeo que suba con intensidad los tipos de interés a fin de combatir la inflación galopante que padecen, que ronda en los tres casos el 20% y está en niveles récord. El motivo de la escalada de precios que padecen estos estados tiene que ver con su cercanía a Rusia y los vínculos que tienen con los países más afectados por la guerra.

Esto explica que estén sufriendo con más intensidad el encarecimiento de la energía, así como la subida de la cesta de la compra debido al mayor coste de las materias primas, en su mayoría importadas de Ucrania, con severas restricciones debido al conflicto bélico, y también de Rusia. Son también países muy abiertos desde el punto de vista comercial, en los que el peso de los servicios es muy importante, estando afectados todos ellos por los mayores precios de los combustibles y de la energía en general.

Aunque el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, declaró recientemente que es posible que la nueva senda de subida de tipos de interés sea a partir de ahora del 0,5% en cada una de las próximas reuniones, y que así se mantendrá el mayor tiempo posible hasta que se consolide una desaceleración de la inflación y se perciba que se va encaminando hacia el objetivo fundacional de la institución de situarla en el entorno del 2%, los gobernadores de los bancos centrales de los tres países citados exigen una actuación más contundente, capaz de cortar de raíz las presiones que están sufriendo.

En los tres casos, la economía ha entrado ya en terrenos negativo, prácticamente en recesión, pero los responsables de los bancos centrales de dichos estados consideran que es mucho más urgente poner freno a los precios precisamente para establecer las bases de un crecimiento sólido y robusto a medio plazo. La ventaja de Estonia, Lituania y Letonia es que, a diferencia de otros miembros de la Unión, tienen muy bajos déficit públicos y una deuda bajo control, así como que todos ellos mantienen estrategias de política económica muy ortodoxas, absolutamente contraria a la de gobiernos como el de España.

Las próximas reuniones del BCE son en febrero y marzo, y aunque las expectativas alentadas por el organismo es que el alza de los tipos de interés será del 0,5%, hay otros países además de los bálticos interesados en dar batalla para forzar un endurecimiento de la política monetaria. Estos son los casos de Alemania, donde el Bundesbank siempre ha sido partidario del mayor rigor monetario para combatir la inflación -que es uno de los demonios históricos del país-, Holanda -siempre incómoda con las políticas fiscales de los estados del Sur y partidaria de que la política monetaria ejerza de contrapeso efectivo del dispendio presupuestario- o Finlandia, también bañada parcialmente por el mar Báltico, donde la inflación es también muy elevada, superando el 9%.

El miembro más veterano del consejo del BCE, el gobernador del Banco de HolandaKlaas Knot, aseguró recientemente que todavía quedan la mitad de las subidas de tipos de interés, que se completarán en 2023 hasta alcanzar un rango final del 5%. De hecho, su mayor preocupación es que el BCE se quede corto subiendo tipos, no el riesgo de recesión en la economía. En relación con las naciones eminentemente bálticas, el gobernador del Latvijas Banka, el banco central de Letonia, Martins Kazaks, considerado uno de los halcones en el seno del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha expresado su expectativa de que la institución acometa subidas «bastante grandes» en las próximas reuniones.

«Creo que todavía podemos acometer avances muy importantes en febrero y marzo», dijo el pasado martes en una entrevista con Bloomberg, aunque reconoció que, «por supuesto, los pasos podrían volverse más pequeños según sea necesario a medida que encontremos el nivel apropiado para reducir la inflación al 2%». Esta clase de posicionamientos aventura que los próximos encuentros del consejo de gobierno del BCE serán cualquier cosa menos una balsa de aceite. Actualmente, el tipo de interés de la zona euro se ha situado en el 2,5% tras los últimos movimientos del banco central, pero la inflación media sigue encallada en torno al 10%, muy por encima del objetivo oficial.

 

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